Nos urge una r-evolución espiritual
"Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo".
Observar la tierra desde el espacio es maravilloso. Un planeta verde y azul, divino. El lugar que nos da cobijo, nos alimenta, con la temperatura perfecta y la energía necesaria para que la vida se dé. Sin embargo, al descender, la realidad es algo diferente.
Estas últimas décadas, ambientalmente hablando, se han agudizado crisis ocasionadas por nosotros mismos, la especie humana. Problemas que han nacido en el corazón y la mente de hombres y mujeres que habitamos la tierra, pero de los que nadie se hace responsable.
El cambio climático es la manifestación de un sistema ideológico que ha hecho más daño que servicio a la humanidad. Este sistema ideológico es a su vez la manifestación del sistema de creencias y valores de las personas que lo crean, como también del significado que tienen de qué es la vida , o qué creen que es el amor.
Como humanidad hemos sido egoístas y hay quienes van más allá. Quieren ser dueños de todo. Para lograrlo, destruyen la sociedad y el planeta vivo, dejando a su paso muerte, miedo y destrucción. Es un sistema que lleva rigiendo decenas de años y que no es fácil cambiar.
En mi intimidad, mientras converso con Dios, le pregunto por qué una especie que puede lograr cosas tan hermosas, puede a su vez ser la causa de lo triste y doloroso en el mundo.
Muchos expertos dicen que la problemática ambiental es un tema político, pero yo creo que es un tema puramente espiritual. ¿Por qué? Porque una persona elabora sus ideas desde su espíritu, las convierte en pensamientos, luego en emociones, por último en conductas, acciones. Y es desde allí que crea los sistemas, sean político, social, económico, educativo, etc.
Nuestro gran desafío es invertir lo que pensamos de la vida, del amor, del éxito.
Basar la felicidad y el éxito de la vida en la cantidad de dinero acumulado, lo lujoso de nuestro hogar, ropa, automóviles, no nos ha servido. La riqueza se ha convertido en la meta y muchos ricos se han convertido en nuestros modelos a seguir solo por ser ricos. Hay algunos que para conseguir su riqueza han sido cómplices en asesinatos y daños irreversibles a la naturaleza. Esto no los estamos agregando en las cuentas. O estamos tan ocupados acumulando nuestro “éxito” que no nos estamos dando cuenta de esta triste realidad.
Hoy en día los niños están creciendo con valores distorsionados. Los padres damos a los hijos casi todo lo que quieren y los privamos de la oportunidad de enseñarles lo sencillo y básico de la vida, que es apreciar y respetar todo lo vivo a su alrededor. El placer instantáneo por lo general debilita a la gente.
Las crisis (la pobreza, el hambre infantil, las pandemias, la actual situación económica, las enfermedades mentales, la Triple Crisis planetaria y la historia del mundo en general) son clara evidencia de que los sistemas económico, político y social, tal cual han sido planteados, ya no nos sirven ni nos protegen. Debemos cambiarlos.
Allí está el reto.
"Nuestra participación en el universo es crucial".
– Nassim Haramein
Por tal razón, esta década 2020-2030 es decisiva para la humanidad. Nuestro gran desafío es afrontar estos problemas y trascender hacia una nueva forma de pensamiento evitando la destrucción del mundo vivo, de nuestra propia casa. Sin un planeta sano donde vivir, simplemente no tendremos nada.
Nos deseo pues, que como humanidad, seamos lo suficientemente valientes y hagamos conciencia sobre en qué estamos enfocando nuestra energía. Que reaccionemos y nos demos cuenta de que estamos conduciendo un automóvil sin frenos a un “punto de no retorno” .
Espero que si ya hicimos el mapa de los sueños para este año, eliminemos tantas cosas que seguramente pusimos, y logremos cambiarlas por más tranquilidad, paz, justicia y amor propio, porque amarnos es cuidar nuestro hogar.
“En nuestro tiempo, el acto más revolucionario es el amor”.
Tenemos que hacer esto juntos. Por nosotros mismos, nuestros hijos y sus hijos. Espero que no leas esta nota y sigas derecho. Que por lo menos te sientes 5 minutos y pienses qué podrías hacer mejor hoy.
Por ti, por mí y por los tuyos. Feliz nuevo año.