La indiferencia y falta de acción de la ciudadanía es tan preocupante como la falta de acción y voluntad política de los gobiernos y las industrias. Está en nuestras propias manos diseñar las soluciones a las crisis económica, ambiental y social. Es lo que la vida nos pide hoy.

El mundo acaba de entrar en una zona desconocida en cuanto a calentamiento global y las emisiones de gases de efecto invernadero siguen al alza. A pesar de la pandemia, los niveles de dióxido de carbono alcanzaron 419 ppm, el nivel más alto en 63 años de monitoreo.

La deforestación es una de las principales causas del cambio climático: aporta un 15 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero globales. Y nosotros, como ciudadanos, sin saberlo, somos parte del problema, aquí te explico cómo.

Según la FAO, los factores de la deforestación en países tropicales y subtropicales son los cambios de cubierta de suelo para la agricultura itinerante y no itinerante (aceite de palma o soja por ejemplo), la ganadería extensiva (carne de res), obtención de leña (madera para construcción, pulpa, papel).

Casos críticos como el colombiano y el brasilero, dejan claro que ni la pandemia son obstáculos para la deforestación. El año pasado se presentaron tasas de deforestación alarmantes. Las políticas del presidente Jair Bolsonaro en brasil por ejemplo, legalizarían el acaparamiento de tierras, mientras que en Colombia las zonas de baja gobernabilidad y con presencia de actores armados, el aumento del hato ganadero, el crecimiento de cultivos de eucalipto, palma, la expulsión de guarda parques por parte de presuntas disidencias de las FARC entre otros, deja en evidencia una realidad lamentable para la salud del planeta, ya que el bioma podría entrar en punto de quiebre, provocando una transmisión sin retorno a zonas secas y sabanas. Esto provocaría la pérdida de un regulador climático esencial para la estabilidad del clima en el planeta.

NO HAY POSIBILIDAD DE AFRONTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO SIN BOSQUES: SON LA ÚNICA TECNOLOGÍA Y MÁQUINA PERFECTA PARA EXTRAER EL CARBONO DE LA ATMÓSFERA.

En el caso colombiano, la deforestación en la Amazonía tiene tres grandes razones: la apropiación ilegal de tierras, la ganadería y agricultura y las plantaciones de hoja de coca.

En Colombia se han perdido 1,4 millones de hectáreas de bosque, la cobertura forestal se redujo en un 3% al 2018, en relación con el bosque que existía en 1985.

Las estrategias y operativos no dan resultados porque ni siquiera desde las políticas públicas se aborda el problema. En Colombia “el Código Penal no tipifica la apropiación ilegal de tierras como delito, siendo el 'problema madre de la deforestación', y tampoco se tipifica la conexión del acaparamiento con el uso de dineros públicos, el lavado de activos, la asociación con terceros, y demás modalidades que permiten consolidar la apropiación de las tierras una vez han sido deforestadas”, dice Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).

TENEMOS EN NUESTRAS MANOS PARTE DEL FUTURO DEL MUNDO: LA AMAZONÍA, PERO NO LA ESTAMOS PROTEGIENDO.

Entre estado y gobierno no hemos sido capaces de detener la tala de los bosques de una de las zona más valiosas e importantes para la humanidad. Me permito incluirnos a nosotros, los ciudadanos, porque desde mi opinión, no estamos haciendo lo suficiente ante semejante hecho tan grave, que pone en riesgo la estabilidad del planeta y en consecuencia nuestra propia vida.

La deforestación en la Amazonía colombiana alcanza zonas protegidas y parques naturales: Tinigua, Serranía de la Macarena, Serranía de Chiribiquete y La Paya.

La ganadería extensiva, la agricultura, el narcotráfico, la ignorancia y la pobreza, la indiferencia y la corrupción, la politiquería y nuestra concepción obsoleta del desarrollo nos mantiene en una espiral un tanto ridícula a la que hay que ponerle fin.

Vivimos en un frágil y perfecto planeta que nos viene dando señas contundentes de que hemos excedido los límites en el uso y extracción de sus recursos naturales. Es momento de poner fin a nuestra indiferencia. La capacidad de protección de la tierra se agota.

En gran parte, nuestro consumo de carne está directamente relacionada con la deforestación. Todo ante nuestros ojos, y peor aún, ante los ojos del gobierno.

Ante tan malas noticias tenemos dos opciones. Una, resignarnos y sentir miedo; dos, hacernos responsables y actuar.

Debemos apartarnos de la crítica, que no genera espacios de diálogo ni consensos, sino ser propositivos.

Debemos involucrarnos más y participar en las decisiones de gobierno nacional y gobiernos locales, rodeando a los tomadores de decisión para que cuenten con nuestro apoyo, trabajo y veeduría. Este trabajo conjunto es clave para tomar las acciones necesarias que permitan cumplir las metas del Acuerdo de París y mantener la temperatura por debajo de los 1,5°C.

Definitivamente es necesario pensar en el cambio climático como la peor amenaza contra la vida. Es muy frustrante ver cómo desde los gobiernos no se toman las decisiones adecuadas, como por ejemplo los cambios inmediatos necesarios en las políticas públicas o la disposición de recursos públicos destinados la guerra.

En Colombia, en plena pandemia, con el país y el mundo en un colapso económico, ambiental y social, se han dirigido recursos públicos a la compra de armas, siendo esto un despropósito, teniendo en cuenta el déficit fiscal en el que nos encontramos. Y ni hablar de la situación de violación de derechos humanos cometidos por la fuerza pública al hacer uso de estas letales armas.

¿Ante tan grave situación de cambio climático, deforestación, degradación social y política, podemos sentirnos frustrados? ¡Por supuesto!

Pero lo más importante es mantener la calma y trascender el miedo, mirarlo de frente y atravesarlo.

Es importante comenzar en casa, con prácticas sencillas y ejecutables.

Aquí expongo unas ideas básicas para afrontar estas crisis. Quiero compartirlas con ustedes, pueden darle algunas buenas ideas:

1. DEBEMOS COMO “SIMPLES CIUDADANOS” EXIGIR QUE NUESTROS RECURSOS PÚBLICOS SEAN BIEN DESTINADOS

Es absolutamente necesario educarnos en política. Ser apolíticos es peligroso. Mucho más cuando vivimos en países con cultura corrupta. Hay congresistas y parlamentarios que hacen una excelente labor, pero hay muchos corruptos, deshonestos y ladrones. Por esto, debemos “estudiar” muy bien el actuar de los congresistas corruptos y cuidar en las urnas que destinemos nuestros votos a partidos políticos y representantes honestos que usen bien nuestro dinero, que merezcan esos cargos de poder y que tengan en sus agendas el cambio climático .

El medio de comunicación colombiano Cuestión Pública ha hecho un excelente trabajo con su proyecto: Sabemos lo que hiciste la legislatura pasada. Hagámonos un favor: cumplamos con nuestra responsabilidad de leer esto. Algunos de los congresistas que permitimos “representarnos” y decidir por nosotros no merecen estar en esas sillas. Entre otras cosas, con la manera que manejan la economía en nuestros países, nos mantienen en el penoso puesto del segundo país más desigual de la región y el séptimo del mundo.

No es justo que siendo un país tan rico en recursos, más de la mitad de colombianos vivan en la miseria.

En Colombia, una congresista que lleva años en el parlamento a pesar de tener nexos con el paramilitarismo y el narcotráfico, está tomando las decisiones en Colombia. No podemos seguir permitiendo que personas como éstas asuman los cargos donde se definen el presente y futuro de Colombia.

2. COMO EMPRENDEDORES, EMPRESARIOS, EMPLEADOS Y CIUDADANOS TENEMOS MUCHO POR HACER

Es necesaria inversión tecnológica, educativa y social que permita facilitar la mitigación de la deforestación. Requerimos sistemas novedosos que nos permitan entender la trazabilidad del ganado y detectar la presencia de estos autores humanos, depredadores de árboles, para que puedan ligarse a mecanismos de defensa de los bosques. Las empresas del sector TI tendrían una gran oportunidad y desafío para desarrollar sistemas de gestión que permitan arrojar los resultados esperados que lleven al entendimiento y solución del problema.

Al mismo tiempo, gobierno, academia y sector privado podemos poner a andar planes e incentivos que permitan a los campesinos y comunidades acceder a información y capacitación suficiente que les permita desarrollar proyectos de vida, tener libertad de decisión y puedan desligarse de la economía de tala bosques y cultivo de coca.

¿Qué tal si le damos la vuelta a la manera cómo abordamos la lucha contra el narcotráfico? La actual manera no funciona. Nunca lo ha hecho. Es más, cada año los resultados son peores.

¿Qué tal si desarrollamos una economía que parta de la ciencia y beneficios que traen la hoja de coca y el cannabis? Colombia tiene gran potencial para desarrollar cultivos y conquistar mercados internacionales: medicina, productos naturales y quién sabe que más podríamos descubrir en el camino.

3. NOSOTROS MISMOS DEBEMOS SER RESPONSABLES DE LA INDUSTRIA QUE FINANCIAMOS

Que tal si en las noches dejamos de comer carnes para reducir la contaminación y deforestación que genera la producción de carne? Sin saberlo, diariamente estamos financiando este ecocidio inmenso que nos tiene en jaque.

Podríamos hoy mismo bajarle a nuestro consumo planeando dentro del menú familiar nocturno sopas de verduras deliciosas, acompañadas de semillas y nueces como almendras, semillas de girasol o calabaza, para complementar trozos de aguacate o galletas de arroz, y algún otro alimento favorito a base de plantas.

En mi caso lo he implementado desde hace un mes y el resultado ha sido muy positivo. Además de la satisfacción de reducir mi consumo de carne y proteína animal, mi sistema digestivo ha mejorado bastante.

Un menú a base de plantas y comida con baja huella de carbón: sopa de vegetales, acompañadas de nueces o semillas con trozos de aguacate, galletita de arroz inflado.

La agricultura y la ganadería son las responsables de la destrucción de la naturaleza y de la enorme cifra del 30% de gases de efecto invernadero en el mundo.

4. DEBEMOS APRENDER A SEMBRAR Y COSECHAR

La agricultura aporta residuos tóxicos procedentes de pesticidas, insecticidas, fertilizantes sintéticos y aditivos nocivos para la salud humana, la salud del suelo y el agua y el cambio climático.

Que tal si todos ponemos una huerta o mini-huerta en casa para que, los que aún no lo han hecho, comiencen una relación más cercana al maravilloso mundo de la naturaleza? Y para los que ya lo hacemos, seguir sintiendo la satisfacción y libertad de poder sembrar, cosechar y vivir de primera mano la belleza de ver crecer nuestro propio alimento?

Podemos cosechar nuestras especies favoritas: que tal la yerbabuena para agregar a jugos verdes, o la albahaca, para agregar a ensaladas y pastas, o la menta, para aliviar un estómago tensionado.

5. APORTEMOS ECONÓMICAMENTE PROYECTOS QUE REGENEREN LOS BOSQUES

Existen propuestas INCREÍBLES que trabajan por la REGENERACIÓN, RESTAURACIÓN de la Amazonía. La Escuela Bosque de Amazonía Emprende en Colombia hace un trabajo hermoso. Por favor vayan a verlo. Si tenemos la posibilidad de aportar dinero desde la comodidad de nuestros hogares, por favor, hagámoslo.

6. SEAMOS ACTIVOS Y UNÁMONOS A COLECTIVOS PARA EDUCARNOS Y TRABAJAR!

En colectivo podemos más, llegamos más lejos. Adherirnos a redes de apoyo nos permite pensar en soluciones colectivas para problemas complejos. Les invito a unirse al grupo de madres y padres Parents For Future Colombia y Latinoamérica. Somos una red pre y ocupada que trabaja por la educación en cambio climático y problemas ambientales. Nos unimos y apoyamos los movimientos climáticos juveniles como el de Fridays for Future.

Somos gestores de cambio y líderes en nuestras familias; nos enfocamos en ampliar nuestra consciencia junto a nuestras hijas e hijos para ser parte de la solución y transformación desde el interior de nuestros hogares.

Esta década (2020-2030) es determinante para nuestra sociedad. Somos la primera generación que ve con sus propios ojos el cambio climático, y podríamos ser la última que pueda hacer lo necesario.

Tenemos que regenerar lo que hemos destrozado, y en paralelo repensar nuestro entendimiento de la economía, el progreso y lo que conocemos por desarrollo, y poder así crear el NUEVO MUNDO, justo y limpio que todos nos merecemos.


(Artículo publicado en https://laancines.wordpress.com/)